Estas palabras forman parte de mi vida desde hace un tiempo cuando elegí ser más consciente con lo que hacía, pensaba o sentía. Cuando elegí ver lo que pasaba dentro de mí y lo que pasaba fuera. Y aunque a veces se me olvida, siempre vuelvo a este estado de consciencia para ser más responsable con mi vida e intentar superarme y ser un poquito más feliz y consecuente con ella.
Claro está, que es mucho más fácil dejarse llevar, cerrar los ojos para no ver que pasa a nuestro alrededor, el porqué de sentirnos de una forma u otra o el sentir que la vida te vive en lugar de vivirla tú a ella. El dejarte llevar por la rutina, pero a la vez quejarte de ella o el no encontrarle sentido a nada, pero a la vez no preguntarte el porqué. En fin, ya sabes de lo que hablo, ¿no? Todos hemos pasado por momentos así.
Y es por ello, que es una elección. Nadie te obliga a ser más consciente de lo que ya eres. Tú eres el que decide.
Pero, vamos primero a profundizar un poco más en este concepto.
Qué es vivir conscientemente
«Vivir conscientemente significa conocer todo lo que afecta a nuestras acciones, objetivos, valores y metas, y comportarnos de acuerdo con aquello que vemos y sabemos». Nathaniel Branden.
Vivir conscientemente trata de ver y darse cuenta de lo que ocurre en nuestra vida. De ver la realidad sin maquillarla para auto engañarnos. Sin huir de ella para evadirnos o no hacernos responsables. Simplemente ver las cosas como son.
Es conocer nuestras emociones y no ser esclavos de ellas escapando de las acciones automáticas que nos salen sin darnos cuenta y que nos hacen personas reactivas, en lugar de personas con una actitud proactiva.
Significa observar lo interno y externo sin juzgar, descubriendo cosas que antes jamás habías visto. Y repito, sin juzgar. No se trata de machacarnos por sentirnos de una forma u
otra ni tampoco se trata de quejarnos por la realidad que vemos en el exterior. Solo observa acallando esa vocecilla maligna.
Vivir conscientemente trata de estar presente en el aquí y ahora para salir de ese estado de «ver mi vida pasar». Encerrándonos en nuestra mente con pensamientos de lo que haremos o dejaremos de hacer a cada momento, viviendo solo en nuestros pensamientos y sueños mientras la vida sigue pasando sin detenerse.
En definitiva
Como os he dicho antes, es una cuestión de elección. Da igual el nivel de conciencia que tengas hasta ahora ni la edad que tengas. No es una competición en la que debas saber más que nadie ya que no hay una meta como tal. Todos tenemos una historia, unos aprendizajes y un propósito de vida diferentes. Solo es un compromiso que haces contigo mismo para tu propio bienestar y para sentirte vivo en letras mayúsculas.
Y por tanto, no hay un solo camino para vivir de forma más consciente. Es más, hay muchas vías o herramientas que juntas te pueden ayudar a ello, pero que a la vez son útiles en sí mismas. Aquí me gustaría destacar la meditación como un buen principio de conciencia. Más adelante me gustaría hablaros sobre mi experiencia meditando.
Por último, deciros que aunque a lo largo del día se nos olvide, no pasa nada. Lo importante es haber tomado la decisión y que cada vez que se te olvide vuelvas a donde lo dejaste.
Y recuerda, aunque en este camino descubras cosas que no te gusten, siempre será mejor vivir con el conocimiento de ello que vivir con los ojos cerrados. Eso te hará más feliz con el tiempo aunque duela.
Y ahora, ¿qué eliges tú?
Como siempre, espero que os haya resonado de algún modo u otro este tema y por supuesto, estaré encantada de conocer vuestras opiniones y aportaciones.
Un beso, y ¡qué te vaya bonito!